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Hay una batalla ganada en las cosas que elegimos no volver a repetir.

Con el paso del tiempo nos damos cuenta de que hay batallas que ya no merecen la pena.


Lejos de asumir estos hechos como pérdidas reales hemos de verlo como lo que son. Aspectos sobre los que una vez pusimos ilusiones para darnos cuenta de que, efectivamente, no valían tanto nuestras preocupaciones ni anhelos.


Llega un día en que nos volvemos selectivos. Sabemos muy bien lo que queremos y a quién no queremos en nuestra vida.👌


Tu corazón ya es más sabio y en él, habita ese conocimiento que se niega a seguir librando guerras que te alejan de ti mismo.


Hay batallas que son completamente inútiles. Es como ir a contracorriente. Como intentar que ciertas personas cambien de opinión o sean como nosotros esperamos.

  • Madurar es crecer por dentro para darnos cuenta de que hay caminos que no deben tomarse. En especial, aquellos que nos marcan los demás y que van en contra de nuestras esencias.

  • Crecer es por fin actuar con valentía para decir qué queremos y qué no. Sin miedo a lo que otros puedan pensar o decir.

  • Optar por el camino que uno quiere requiere también cortar ciertos lazos, ciertos vínculos. Esos que nos trajeron tantas lágrimas y tantas luchas que ahora, también damos por perdidas.


“El Arte de la Guerra” dice que debemos escoger muy bien nuestras batallas porque no las podemos librar todas.





 
 
 

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