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Tu energía dice más y habla más alto que tus palabras.


Los demás la perciben y responden a esa frecuencia vibratoria que emitimos. El universo también te escucha y responde a tu energía enviando más de lo mismo.

¿Quién quieres ser?, ¿Qué nivel de energía quieres proyectar en tu entorno?, ¿Cómo quieres que se sientan los demás cuando están contigo? Estas son preguntas que importan y que podemos responder para cambiar la energía que transmitimos.

La energía no viene predefinida de casa y no se puede cambiar. Puedes obviar lo que ponía en tu ADN y crear el nivel de energía que deseas. Si no lo has hecho hasta ahora es porque no había el compromiso o claridad suficientes. Todos irradiamos algo, provocamos sensaciones en los demás cada vez que estamos con ellos, cada vez que hacemos algo nuestra energía no puede sino salir de nosotros y proyectarse en todas las direcciones.

La energía de las personas es muy diferente, habrás conocido a personas con unas u otras energías ¿verdad?

Tu energía llega a tu entorno mucho antes de lo que llegan tus palabras. Esta frase lo dice muy claro.

¿Cómo aumentar la energía positiva?

Cuando el estado energético personal está bajo todo se hace más cuesta arriba y las dificultades se multiplican. Es necesario preguntarnos qué acciones, sucesos o personas nos aportan un estado energético positivo. Las acciones y personas que nos aportan buena energía nos ayudan a recorrer el camino de manera más proactiva. Rodearse de gente afable con energía positiva nos proporciona una importante ayuda para afrontar los retos, tanto los trascendentales como los más cotidianos.

Para aumentar nuestro estado energético, además de rodearnos de personas positivas, hay que trabajar a nivel interno. Seguir las siguientes pautas pueden ayudarnos a conseguir un estado energético óptimo:

Mantenerse centrado en nuestros objetivos, de manera que la energía no se disperse..

Estar en un estado de no-resistencia, aquello a lo que nos resistimos se pega.

Tomar conciencia de nuestros límites sin juzgarnos por ello.

Centrar nuestra energía sobre aquellos objetivos sobre los que tenemos un mayor control.

Por otro lado, hay que buscar actividades que nos ayuden a mantener la motivación. Para algunos es suficiente con hacer ejercicio, salir al campo, compartir tareas o cambiar hábitos. Tenemos que encontrar qué nos pone las pilas y procurar incluirlo en nuestro día a día. De la misma manera, también nos ayuda mantener a nuestro alrededor personas con un enfoque parecido de manera que se puedan aprovechar también de la energía que tú desprendes.

Si las actitudes son contagiosas, ¿merece la pena contagiarse de la tuya?

No sirve de nada hablar bonito sino te acompaña una buena intención porque las energías te delatan..

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